Turquía busca construir un puente comercial con México

28 septiembre, 2012

Después de una década de éxito de los países BRIC, otras cuatro economías emergentes tomarán el relevo en el crecimiento mundial. A los países MIST (México, Indonesia, Corea del Sur y Turquía) se les ve como los más atractivos para invertir en el largo plazo, gracias a sus condiciones económicas, geográficas y sociales.

Con este panorama, México y Turquía, países tan lejanos y a primera vista tan diferentes, buscarán aprovechar este momento para tender un ‘puente’ y estrechar lazos económicos y culturales. El primer acercamiento será del 3 al 6 de octubre, cuando se efectúe la primera edición de Expo Turquía en la Ciudad de México.

Un imperio que resurge

El Imperio otomano comenzó como un Estado menor que fue creciendo poco a poco, hasta conquistar Constantinopla en 1453. En su periodo de esplendor, entre los siglos XVI y XVII, dominó el sudeste de Europa, Medio Oriente y el Norte de África. Sólo la organización en Europa Occidental, preocupada por el avance de este imperio, frenó la expansión de los otomanos por todo el continente. El declive vino después de la Primera Guerra Mundial y la fundación, en 1923, de la actual República de Turquía.

Pero este país conserva el potencial que lo distingue desde hace siglos. Su posición estratégica, entre Europa y Asia, y su creciente economía lo vuelve un protagonista de las economías emergentes. La economía turca busca socios comerciales más allá de los tradicionales (Unión Europea, Rusia y Estados Unidos). Por eso, mira hacia otros países, como México, con el que ya tiene lazos comerciales y buscará reforzar estos vínculos.

La Expo Turquía, a realizarse del 3 al 6 de octubre en el Pepsi Center del WTC de la Ciudad de México, tendrá como objetivo reforzar los vínculos comerciales, explica en entrevista el embajador de Turquía en México, Ahmet Acet.

Turquía y México son economías emergentes que están creciendo y tenemos tantas cosas en común que nosotros necesitamos definitivamente intercambiar. Hemos abierto nuestra economía a nuevos mercados, no sólo a los cercanos, sino también a los lejanos, como a México”, añade.

La expansión de este país se hace cuando tiene las mejores condiciones para seguir creciendo. Hoy Turquía cuenta con 78 millones de habitantes, es la economía 18 en el mundo, con un PIB de 772,300 millones de dólares (mdd). Además, tiene unas condiciones sociales muy ventajosas para seguir creciendo. De acuerdo al Banco Mundial (BM), Turquía ha erradicado la pobreza extrema y 96% de su población tiene cobertura en seguro de salud.

Aunque la historia le señala como un poderoso imperio que llegó a poseer hasta 29 provincias en tres continentes, la actual política de Turquía es de “cero problemas con los países vecinos”, según el Ministro de Asuntos Exteriores, Ahmet Davutoglu.


Oportunidad de negocios

En la coyuntura actual, con la mayoría de los países industrializados pasando por una desaceleración, la necesidad de incrementar las relaciones comerciales entre las economías emergentes se hace primordial, señala el embajador de Turquía.

“Creo que la cooperación entre las economías emergentes es un factor importantísimo. Ambos países tienen la ambición de crecer. Las áreas en las que necesitamos diseñar algo conjuntamente es precisamente identificando primeramente cuales son los potenciales nacionales. Los inversionistas en Turquía necesitan saber qué es lo que ofrece México y viceversa”, considera.

La industria automotriz es uno de los sectores en los que coinciden ambos países. Turquía es el sexto productor de vehículos automotores en Europa. Armadoras como Ford Motor y Renault tienen plantas allá y las exportaciones a Medio Oriente y el norte de África les han ayudado a compensar la baja de demanda en la Unión Europea.

Podemos ver que ambos países cuentan con una industria automotriz muy fuerte, aunque México está mejor posicionado internacionalmente. Es en esta área en la que nosotros podemos tener interés”, señala el embajador Ahmet Acet, aunque no descarta ningún sector para hacer negocios.

Muestra de ello es que cada vez más empresarios turcos ven atractivo México para traer sus productos, como Sait Muratyan, importador de joyería turca y tapetes.

Hemos hecho investigación del potencial turístico de México, específicamente en Cancún, Playa del Carmen y Cozumel, y hemos decidido invertir en México. Definitivamente vemos potencial en este mercado y es por esto que decidimos invertir aquí. Hasta hoy estamos contentos de los resultados”, dice.

Además de las grandes empresas, el embajador destaca que las oportunidades de negocio también están abiertas para las pequeñas y medianas empresas, otro rubro en el que coinciden México y Turquía.

Las Pymes de ambos países son la piedra angular de sus economías. Nosotros tenemos cientos, miles de empresas en el sector de la manufactura, que son negocios de tipo industrial que están en todo tipo de ámbitos, en los que nosotros podríamos fortalecer nuestras relaciones”, agrega.


Unirse para invertir

El embajador de Turquía en México resalta que las oportunidades de comercio entre ambos países no tienen restricciones.

Espero que después de esta feria, empresarios mexicanos y turcos sean capaces de identificar las asociaciones comerciales que pueden llevarse a cabo, en qué ámbitos podemos desarrollar una relación en sectores identificados con mayor interés, como los sectores manufacturero, automotriz y textil. Puede ser cualquier ámbito”, comenta.

No obstante, también pueden juntarse esfuerzos de los dos países para invertir conjuntamente en otros mercados.

Podemos invertir en nuestros propios países, así como en otros mercados. Y si podemos explorar juntos, veremos que hay muchas áreas en ambos países. Vivimos en un mundo globalizado muy grande, y actualmente no importa mucho en qué parte estemos”, destaca.

De los resultados que salgan de esta exposición, el embajador prevé que puede ser un ejemplo global de cómo dos economías emergentes cooperan para crecer conjuntamente. “Sería una pena no aprovechar este inmenso potencial que tienen ambos países, y ofrecer un ejemplo de lo que pueden hacer ambas culturas emergentes.