PF Chang's: Un restaurante ideal para todo paladar

12 abril, 2011


PF Chang's China Bistro cuenta con más de 190 sucursales en Estados Unidos; aquí en México se encuentran cuatro, cifra que en poco tiempo se duplicará.

Es evidente que se trata de una importante franquicia internacional.

Este local, ubicado en el Paseo de la Reforma, cuenta con dos niveles, en la planta baja hay un par de salones y terraza para fumadores, en la planta alta se ubica otro comedor.

En esta visita al mediodía, la mayoría de las mesas están ocupadas.

El lugar es luminoso y amén de las enormes esculturas chinas la decoración es mínima, las mesas no llevan mantel y la carta es plastificada; en ella se encuentra una serie de recetas chinas y orientales consideradas clásicas en los Estados Unidos: todas tienen nombres en inglés.

Para empezar se ordenan los Chang's chicken lettuce wraps ($116), un platillo que podría describirse como un picadillo especiado de pollo para confeccionar unos frescos tacos en hoja de lechuga. Su gracia reside en ese contraste entre lo caliente de un guiso sabroso y la frescura de la lechuga romana.

La lista de vinos es bastante atractiva porque incluye productos de regiones poco conocidas y un ejemplo de ello es el Two Vines, un Merlot Cabernet del 2006, de la casa Columbia Crest, del estado de Washington ($384); destacado en la relación calidad-precio se amolda a la perfección con este menú.

De las sopas se ha ordenado un tazón de Hot & sour soup ($45), no pica ni es ácida, más bien se trata de un producto que pudiera ser agradable a cualquier paladar; se presenta en un plato pequeño y es un caldo sabroso, oscuro y espeso con ingredientes como tofu (queso de soya), algas y hongos.

A continuación se han ordenado tres platillos junto con un Arroz frito de vegetales ($89), cereal de grano largo con grandes trozos de hongos, brócoli, pimientos, germinados de soya y ejotes chinos. Rico platillo.

Se comienza con el cayo de hacha en el Chang's lemon scallops ($209), donde el fresco molusco, rebozado y frito, se sirve en una salsa clara.

El suave sabor de la vianda combina muy bien con lo ácido del limón.

En el Sweet & sour por el cerdo se presenta también rebozado, frito y con una salsa clara, pero esta posee una dulzura agria en la que hay jengibre y otros matices de muy intenso sabor, además de pimientos rojos.

El otro platillo elegido es el Mongolian beef ($154), filete de res cortado en finas tiras, salteado con salsa de soya y verdes rabos de cebolla. ¡Una delicia! En efecto, se trata de platillos 'ganadores' que difícilmente pueden criticarse, pues en verdad la comida es correcta; pero en cuanto al servicio hay que decir que es distante y falto de disposición, se siente que el comensal es tan solo un número.

Para terminar se ordena la Gran muralla de chocolate ($114), desmesurada porción de pastel de chocolate, acompañado con una salsa de frambuesa y frutos rojos.

Imposible acabar con él.